Con un llamado a rescatar el sentido original del Día Internacional del Trabajo como jornada de protesta y no de celebración oficial, alrededor de dos mil personas pertenecientes a diversas organizaciones sociales, colectivos indígenas y movimientos magisteriales marcharon este 1 de mayo desde la Alameda Hidalgo hasta Plaza de Armas.
Reinstalación de docentes y rechazo a represión
Durante la movilización, participaron agrupaciones como la Unidad Patriótica, el Movimiento Magisterial de Base de Querétaro, la Unidad Indígena Garambullal, la Coalición Nacional Sindical, Unorca, el Frente Democrático Independiente y otros colectivos. Entre sus principales demandas estuvieron la reinstalación inmediata de los docentes Jerónimo Sánchez y Rosa María Córdova, cesados hace nueve años tras oponerse a la reforma educativa del expresidente Enrique Peña Nieto.
Durante el mitin, la maestra Córdova recordó que su cese no fue aislado, sino parte de una respuesta represiva del entonces gobierno estatal encabezado por Francisco Domínguez, luego de qué trabajadores estatales protestaron durante una marcha del primero de mayo, lanzando simbólicamente gorras y camisetas al mandatario. La acción derivó en órdenes de aprehensión, vigilancia y despidos.
“¿Cuál fue nuestro delito? Defender la escuela pública, defender los derechos de los maestros”, expresó.
Demandas laborales, indígenas y sociales
Los manifestantes también exigieron la aprobación de la reforma que reduce la jornada laboral a 40 horas, mejores condiciones de trabajo, atención a comunidades indígenas de Amealco, así como el respaldo a la llamada Ley Lety, que busca frenar el uso de denuncias falsas contra docentes.
Advirtieron que los derechos laborales, las pensiones dignas y la educación pública no son concesiones, sino logros construidos a través de la lucha social.
“La derecha nos quitó derechos conquistados durante años. Hoy exigimos que se devuelva lo que nos arrebataron”, señalaron.
Además, criticaron al gobierno estatal por convertir la conmemoración en un acto protocolario sin contenido social, donde se privilegia el desayuno con líderes sindicales en lugar de escuchar las voces de los trabajadores.
“Esta fecha no es para fotos ni discursos vacíos. Es para recordar que cada derecho fue arrancado a fuerza de organización, resistencia y sacrificio”, afirmaron.