En el corazón del municipio de Amealco, Querétaro, una tradición única ha perdurado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en un símbolo de identidad y cultura local. Todo comenzó con las subidas al Cerro de los Gallos, realizadas los martes, día de descanso para los comerciantes. A diferencia del fin de semana, cuando la actividad comercial era más intensa, las familias amealcenses aprovechaban este día para reunirse, compartir alimentos y disfrutar de la convivencia.
Durante estas reuniones, era común disfrutar del mole de guajolote acompañado de arroz, frijoles y pulque. También se organizaban “topetones de gallos”, una práctica que añadía un toque festivo y tradicional al encuentro. Con el tiempo, esta costumbre se consolidó, convirtiéndose en un ícono de la cocina queretana y de la vida en Amealco.
Hoy en día, si piensas en un delicioso mole queretano, inevitablemente viene a la mente #AmealcoPuebloMágico. Este destino no solo destaca por su rica gastronomía, sino también por sus tradiciones y su calidez que enamoran a quienes lo visitan.
