El Festival Internacional de Cine de Morelia cumple una nueva edición consolidado como el espacio más influyente del cine nacional. Lo que comenzó como una plataforma para el talento emergente, hoy es un punto de encuentro entre generaciones, estilos y miradas que han dado forma a la identidad cinematográfica mexicana.

A lo largo de su historia, el FICM ha sido testigo de instantes que definieron el rumbo del séptimo arte en el país. Desde los primeros pasos de cineastas que más tarde triunfarían en el extranjero hasta las ovaciones que convirtieron ciertas películas en referentes de toda una década.
Entre los recuerdos que aún resuenan está la primera proyección de Amores Perros, que encendió la conversación sobre una nueva forma de narrar desde México. También destacan las visitas de figuras como Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu, quienes encontraron en Morelia un espacio para dialogar con las nuevas generaciones de realizadores.

Cada edición del festival suma momentos únicos: estrenos que conmueven, encuentros entre directores y público, y la posibilidad de descubrir películas que después llegan a escenarios internacionales. Pero más allá de los aplausos, el FICM ha logrado mantener su esencia: ser una celebración del cine que se hace con pasión y propósito.



Este año, el festival refuerza su compromiso con la diversidad de voces y formatos. La presencia de cineastas jóvenes, documentales experimentales y producciones independientes confirma que el cine mexicano sigue vivo, en constante búsqueda y evolución.
A dos décadas de su primera edición, el Festival Internacional de Cine de Morelia no solo preserva su legado: lo amplifica. Es el recordatorio de que cada historia proyectada en sus pantallas deja una huella que rebota más allá de la sala, inspirando a quienes hoy sueñan con contar la suya.