- Por: Guadalupe Orta
La organización Pedaleanda presentó este miércoles los resultados de una encuesta ciudadana sobre violencia sexual y de género en el transporte público de Querétaro, en la que se revela que 7 de cada 10 mujeres se sienten inseguras al trasladarse por esta vía. Además, más de la mitad manifestó tener miedo constante de sufrir una agresión sexual durante sus recorridos.
María del Mar, parte de la organización explicó que el ejercicio fue realizado de forma digital hace poco más de un año y que, aunque tiene márgenes de error por sus limitaciones operativas, permite identificar patrones claros sobre la inseguridad que enfrentan las mujeres al desplazarse por la ciudad.
En este sentido hizo un llamado a las dependencias a hacer lo que corresponde para resolver la problemática.
“Este es un llamado para que instituciones como la Agencia de Movilidad, la Secretaría de la Mujer del municipio y el Instituto de la Mujer del estado asuman su responsabilidad. Las mujeres no deberían pagar más para moverse con seguridad ni renunciar a su educación, salud u ocio por miedo a ser agredidas”, declaró.
De acuerdo con los resultados, el 54.3% de las mujeres dijo tener miedo frecuente o constante a sufrir una agresión sexual en el transporte público. Además, el 32% aseguró haber sido víctima de acoso o violencia sexual en el transporte durante el último año.
Detalló que los principales agresores fueron identificados como hombres desconocidos (99%), y los lugares donde más se presentan estas situaciones son las calles, autobuses y parques públicos, con mayor incidencia durante la tarde, cuando las unidades van más llenas.
Los tipos de violencia reportados incluyen comentarios obscenos, miradas lascivas, tocamientos, exhibicionismo y manoseo, siendo estas últimas las que generan mayor impacto emocional y consecuencias en la vida diaria de las víctimas.
María del Mar también señaló que las respuestas institucionales son inexistentes o ineficaces: no hay protocolos claros, campañas de prevención ni canales establecidos para que las mujeres puedan denunciar o recibir acompañamiento. La mayoría de las víctimas opta por no reaccionar o simplemente alejarse ante la falta de opciones seguras.
Además, el 77.5% de las encuestadas declaró haber tenido que gastar dinero adicional para evitar el transporte público y prevenir agresiones, lo que dijo representa una carga económica que agrava las desigualdades que ya enfrentan las mujeres en otros ámbitos. Mientras que la mitad dijo haber dejado de asistir a actividades diarias por temor a ser acosadas o agredidas.
“Si las autoridades no generan información, nosotras lo haremos. Pero esta encuesta es también una exigencia para que se institucionalicen estos estudios y se actúe, en consecuencia, se creen políticas públicas”, comunicó.