Martí Batres, jefe de gobierno de la CDMX, ha cerrado definitivamente el capítulo del presunto crematorio clandestino en Iztapalapa, calificándolo como un “montaje frustrado”. Esto, tras la aclaración de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México de que los restos señalados por Ceci Flores, líder de Madres Buscadoras de Sonora, eran en realidad huesos de perro.
En sus declaraciones durante la conferencia matutina presidencial, Batres expresó su respeto hacia el trabajo de Flores y su colectivo, así como hacia otros grupos dedicados a la búsqueda de personas desaparecidas. Sin embargo, destacó que en este caso específico hubo un intento de “lucrar políticamente con el dolor humano”.
El jefe de gobierno explicó que la Fiscalía abordó el asunto como una “noticia criminal” debido a que Flores llevó a cabo la búsqueda sin solicitar el apoyo de las autoridades. Posteriormente, diversas instancias gubernamentales se involucraron en el tema, incluyendo la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México, que finalmente confirmaron que los restos encontrados eran de animales y no humanos.
Asimismo, Batres señaló que las autoridades identificaron a las personas propietarias de las identificaciones y pertenencias encontradas en el lugar, quienes no estaban desaparecidas ni habían sido víctimas de delitos violentos, como se pensó inicialmente.